No dejes que el viejo entre en casa

Sal a correr. No te acomodes, muévete. No dejes que el viejo entre en casa, no habrá quien lo mueva del sillón. Encuentra el momento, quita tiempo de donde sea. Deporte es vida.

Hola, amigos, amigas y amiguetes. ¿Qué tal? Aquí, 8 de la mañana, un grado centígrado, y moviéndonos ¿Por qué nos movemos? Porque, ya lo sabéis, ya lo dijo el viejo Clint: "Nunca dejéis que el viejo entre en casa". Si entra, pillará el sillón, y de ahí no hay quien lo mueva, eh, literalmente os quita el sitio. Así que recordad el consejo del viejo Virtus Dante, y moveros, moveros.

No dejéis de moveros, el movimiento se demuestra andando, corriendo, levantando pesas quizás...

Pues venga, ya sabéis, y para ver... ¿para cuándo esa pachanguita? ¿Eh, largo? Que me la prometiste. ¡Modelooo!

Bueno, pues aquí sigo, y, como sé que os gusta, pues os voy a dar un poco de conversación.

Sí, ya sé que los que me conocéis, quizá, sabiendo lo loco que estoy, os pensáis que estoy por aquí, por Europa del Este.

Pero no, no, nada más lejos de la realidad. Estoy en la tierra patria, Santa Fe, España, Granada y, como he dicho antes, no dejando que el viejo entre en casa. Para que el viejo no entre en casa, lo que uno tiene que hacer es salir ahí fuera a moverse. Venga, después os cuento más cosas.

Bueno, pues ya, no sé, llevo cuatro, cuatro y medio, o cinco kilómetros, llegando a los baños de Santa Fe, ya sabéis las aguas calientes, y aquí pues toca cantar eso de ¡media vuelta, ar!

Y, bueno, ya está el sol un poquito más levantado, y un poquitito menos de frío, pero se nota, eh. Sí, sí.

Y os doy un poquito más de conversación, cómo no, porque, como siempre os recuerdo, no hay excusa. Hay muchos amigos que me preguntan que cómo lo hago, cómo saco este tiempo para salir y darle una alegría al cuerpo. Bueno, pues yo también, como vosotros, somos unos matutanos, y la vida nos tiene bien cogidos de los huevos. Pero hay que insistir, hay que intentarlo.

Yo, por ejemplo, cuando llevo al niño al fútbol a entrenar, pues esa hora, hora y media que está el tío ahí, progresando, y que estaría muy bien verlo, yo prefiero echarla en un ratito de ejercicio, ya sea salir a correr, o irme a una estación de calistenia, hacer mis dominadas, hacer mis tonterías ahí...

Y, por ejemplo ahora, le han puesto un partido a las 9 de la mañana, tenía que estar ahí a las 8, pues lo dejo y salgo a correr unos 40 o 45 minutos, que caen bien, os lo digo yo, eh. Bueno...

Pues llegando ya al final de mi recorrido, que será el polideportivo de las Américas de Santa Fe, donde juega mi niño el partido, y, bueno, hay un, un trozo que me he saltado, los tres cuartos de la carrera, que es cuando se pone la cosa un poco dura, se pasa un rato duro, que me lo he guardado para mi intimidad. Ya sabéis los que sois deportistas, o habéis hecho deporte, sabéis que son esos momentos en los que hay que apretar un poco, y confiar en uno mismo, solicitarle al cuerpo esa energía extra que necesitamos, pero que tarda un poquito más en darnos, y ya, cuando disponemos de ella, pues podemos seguir para adelante.

¡Ah! Se me olvidaba. Pondré por aquí, por algún sitio, un enlace a la ruta que he hecho, para los que queráis verla. Venga, ¡un saludo!

Ruta